Trastornos de la alimentación

¿Qué son los trastornos de la alimentación?

Los trastornos de la alimentación son afecciones que causan cambios drásticos en la dieta diaria de la persona que los padece, como comer demasiado poco o comer en exceso en cantidades anormales. Una persona con un trastorno alimentario puede haber comenzado simplemente comiendo cantidades más pequeñas o más grandes de alimentos, pero en algún momento, la necesidad de comer menos o más se volvió fuera de control. Los trastornos alimentarios, como la anorexia, la bulimia y el trastorno por apetito desenfrenado, son algunas de las enfermedades mentales más complicadas, ya que involucran emociones, actitudes y comportamientos extremos relacionados con el peso y los problemas de alimentación. Sin tratamiento, pueden provocar complicaciones médicas graves e incluso la muerte en ciertos casos.

Los tres tipos más comunes de trastornos alimentarios son la anorexia, la bulimia y el apetito desenfrenado:

La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario grave, a veces crónico y potencialmente mortal, que se define como la incapacidad de mantener un peso equivalente al 85% del peso recomendado para la persona. Muchas personas con anorexia nerviosa se ven a sí mismas con sobrepeso, incluso cuando claramente tienen un peso inferior al normal. Se obsesionan con la alimentación, la comida y el control de peso. Las personas con anorexia nerviosa generalmente se pesan constantemente, dividen los alimentos en porciones con cuidado y comen cantidades muy pequeñas de solo ciertos alimentos. Algunas también pueden alimentarse compulsivamente, seguidos de dietas extremas, ejercicio excesivo, vómitos autoinducidos y/o abuso de laxantes, diuréticos o enemas.

Algunas de las personas que tienen anorexia nerviosa se recuperan con tratamiento después de un solo episodio. Otras mejoran pero tienen recaídas. Otras tienen una forma más crónica o duradera de anorexia nerviosa, en la que su salud empeora a medida que luchan contra la enfermedad. Los síntomas físicos pueden incluir adelgazamiento de los huesos, debilidad muscular, daño cardíaco, daño cerebral y falla multiorgánica. Las personas con anorexia nerviosa tienen 18 veces más probabilidades de morir prematuramente en comparación con personas de edad similar de la población general.

La bulimia nerviosa se caracteriza por un patrón destructivo de alimentación compulsiva (estallido incontrolado de comer en exceso alimentos poco saludables) seguidos de culpa y comportamientos reaccionarios para controlar el peso eliminando lo que se comió. Tal “purga” puede incluir vómitos autoinducidos y el abuso de laxantes, enemas o diuréticos. Las personas con bulimia también pueden hacer ejercicio en exceso o restringir severamente su alimentación con dietas estrictas.

A diferencia de las personas con anorexia nerviosa, que claramente son muy delgadas, las personas con bulimia nerviosa suelen mantener un peso saludable o normal o pueden tener un ligero sobrepeso. También se obsesionan con su peso y están muy descontentas con el tamaño y la forma de su cuerpo. El ciclo de la alimentación compulsiva y purgas ocurre desde varias veces a la semana hasta muchas veces al día. Suele ocurrir en secreto, porque el individuo tiene sentimientos de vergüenza o asco. Los síntomas físicos incluyen inflamación crónica y dolor de garganta, caries dental, problemas intestinales, deshidratación severa y desequilibrios electrolíticos, que pueden desencadenar un ataque al corazón.

El trastorno alimentario compulsivo es el trastorno alimentario más prevalente en EE. UU. Implica el consumo de grandes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo. Aunque este trastorno puede desarrollarse a cualquier edad, se observa más en adultos jóvenes. A diferencia de otros trastornos alimentarios, entre un tercio y un cuarto de todos los pacientes con trastorno alimentario compulsivo son hombres. También se lo ha relacionado con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).

Una persona con trastorno alimentario compulsivo pierde el control sobre su alimentación. Sin embargo, a diferencia de la bulimia nerviosa, los períodos de la alimentación desenfrenada no van seguidos de purgas, ejercicio excesivo o ayuno. Como resultado, las personas con trastorno alimentario compulsivo a menudo tienen sobrepeso o son obesas y tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y presión arterial alta. El apetito desenfrenado crea sentimientos de vergüenza, culpa y angustia, lo que puede ocasionar más episodios de atracones de comida.

+ ¿Qué tan comunes son los trastornos de la alimentación?

Los estudios científicos sugieren que casi una de cada veinte personas experimentará síntomas de trastorno alimentario alguna vez en su vida. Con frecuencia aparecen durante la adolescencia o principios de la edad adulta, pero también pueden desarrollarse durante la niñez o más tarde en la vida. Un nuevo estudio estima que aproximadamente medio millón de adolescentes tienen problemas de trastornos alimentarios o de alimentación desordenada. Alrededor del 2% de los adultos estadounidenses padecen trastorno alimentario compulsivo, el tipo más común.

+ Diagnóstico

Las personas con trastornos de la alimentación necesitan buscar ayuda profesional. El diagnóstico y la intervención temprana son factores importantes para lograr la recuperación. Los trastornos alimentarios pueden convertirse en afecciones crónicas, debilitantes e incluso potencialmente mortales. El diagnóstico de los trastornos de la alimentación lo realiza un médico capacitado en función de los signos y síntomas de estas enfermedades. Si bien muchas personas pueden experimentar hábitos alimenticios poco saludables y tener preocupaciones sobre su imagen corporal, las personas con trastornos de la alimentación generalmente experimentan una disfunción grave debido a sus síntomas.

+ Tratamiento de los trastornos de la alimentación

En general, el tratamiento de estas enfermedades mentales tan complicadas involucra un equipo multidisciplinario de médicos para ayudar a una persona que enfrenta un trastorno de la alimentación. Esto generalmente incluye un médico de cabecera (p. ej., pediatra o internista), un nutricionista, un terapeuta y un psiquiatra. En estrecha colaboración, los miembros del equipo de tratamiento pueden ayudar a satisfacer las necesidades médicas, nutricionales y psiquiátricas de las personas con un trastorno de la alimentación. La atención debe ser coordinada y proporcionada por un profesional de la salud con conocimientos y experiencia en el tratamiento de los trastornos de la alimentación.

Por lo general, el tratamiento más efectivo y duradero para un trastorno de la alimentación es algún tipo de psicoterapia o asesoramiento psicológico, junto con una cuidadosa atención a las necesidades médicas y nutricionales. El tratamiento debe abordar los síntomas y las consecuencias médicas del trastorno de la alimentación, así como los factores psicológicos, biológicos, interpersonales y culturales que provocan o mantienen el trastorno de la alimentación.

Muchas personas con trastornos de la alimentación responden a los grupos de apoyo, la consejería nutricional y los medicamentos psiquiátricos administrados bajo cuidadosa supervisión médica. El tratamiento basado en la familia es un método bien establecido para las familias con menores. Para los niños y adolescentes, la terapia familiar se considera fundamental.

La atención hospitalaria (incluida la hospitalización y/o la atención residencial en una unidad o centro especializado en trastornos de la alimentación) es necesaria cuando un trastorno de la alimentación ha provocado problemas físicos que pueden poner en peligro la vida, o cuando un trastorno de la alimentación provoca problemas psicológicos o conductuales graves. El seguimiento de servicios después del tratamiento hospitalario es necesario para garantizar una recuperación continua y abordar los problemas que subyacen al trastorno de la alimentación.

Tratamiento de la anorexia nerviosa

El tratamiento de la anorexia nerviosa implica tres componentes:

  • Restaurar a la persona a un peso saludable
  • Tratar los problemas psicológicos relacionados con el trastorno de la alimentación
  • Reducir o eliminar comportamientos o pensamientos que conducen a una alimentación insuficiente y prevenir recaídas

Ciertas investigaciones sugieren que el uso de medicamentos, como antidepresivos, antipsicóticos o estabilizadores del estado de ánimo, puede ayudar a algunos pacientes con trastornos de la alimentación, principalmente en el tratamiento de los síntomas de ansiedad y depresión que a menudo se presentan con estos trastornos. Las diferentes formas de psicoterapia, incluidas las individuales, grupales y familiares, pueden ayudar a abordar los fundamentos psicológicos de estas enfermedades.

Tratamiento de la bulimia nerviosa

Para reducir o eliminar las conductas de alimentación compulsiva y purgas, un paciente puede someterse a consejería nutricional y psicoterapia, especialmente terapia cognitivo-conductual (TCC), o se le puede recetar medicamentos. La TCC ayuda a una persona a concentrarse en sus problemas actuales y en las formas de resolverlos. La TCC que está diseñada para tratar la bulimia nerviosa es efectiva para cambiar los comportamientos de alimentación compulsiva y purgas, y las actitudes alimentarias, y para crear estrategias más eficaces para afrontarlos. La terapia puede ser individual o grupal, y los medicamentos a veces resultan útiles.

Tratamiento del trastorno alimentario compulsivo

Las opciones de tratamiento para el trastorno alimentario compulsivo son similares a las que se usan para tratar la bulimia nerviosa. Se ha demostrado que la psicoterapia, especialmente la TCC personalizada, resulta eficaz. Una vez más, este tipo de terapia se puede ofrecer en un entorno individual o grupal. Los antidepresivos pueden reducir los episodios de alimentación compulsiva y ayudar a disminuir la depresión en algunos pacientes.

+ Afecciones concurrentes

Los trastornos de la alimentación ocurren con frecuencia en personas con otras enfermedades mentales, como depresión, trastornos de ansiedad y problemas de uso de sustancias. Para las personas con una enfermedad mental concurrente, el tratamiento efectivo de esta segunda afección es de vital importancia para el tratamiento adecuado de su trastorno de la alimentación.


Fuentes:

Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales
Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación
Instituto Nacional de la Salud Mental
Asociación de Trastornos de la Alimentación de Texas

Enlaces útiles:

Trastornos de la alimentación anónimos

La Asociación Nacional de Anorexia Nerviosa y Trastornos Asociados (ANAD)

Asociación de Trastornos de la Alimentación de Texas

The Body Positive