Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

¿Qué es el TDAH?

El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección que se caracteriza por falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Aunque el TDAH comienza y generalmente se diagnostica en la niñez, no es un trastorno limitado a los niños; el TDAH suele continuar en la adolescencia y la edad adulta y, con frecuencia, no se diagnostica hasta años más tarde. La identificación de personas con TDAH y el manejo adecuado de su desarrollo educativo, personal y social mejora las posibilidades de un resultado exitoso. La intervención eficaz puede mejorar la autoestima, el rendimiento y las capacidades laborales, y el rendimiento educativo.

+ ¿Qué tan común es el TDAH?

El trastorno de conducta diagnosticado con mayor frecuencia en los jóvenes, el TDAH, afecta aproximadamente a 6.1 millones (9.4%) de niños de 2 a 17 años, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Para adultos de 18 a 44 años, la prevalencia es del 8.1%.

+ Signos y síntomas

En realidad, se cree que existen tres tipos diferentes de TDAH, cada uno con síntomas diferentes: predominantemente inatento, predominantemente hiperactivo/impulsivo, y combinado.

Quienes padecen el tipo predominantemente inatento frecuentemente:

  • No prestan mucha atención a los detalles o cometen errores por descuido en las tareas escolares, el trabajo u otras actividades
  • Les cuesta mantener la atención en las tareas o actividades de tiempo libre
  • No parecen escuchar cuando se les habla directamente
  • No siguen las instrucciones y no completan las tareas escolares, las tareas domésticas o los deberes en el lugar de trabajo
  • Les cuesta organizar tareas y actividades
  • Evitan, les disgusta o se niegan a participar en tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido
  • Pierden cosas necesarias para tareas o actividades
  • Se distraen fácilmente con estímulos extraños
  • Son olvidadizos en sus actividades diarias

Quienes padecen el tipo predominantemente hiperactivo/impulsivo frecuentemente:

  • Juguetean con las manos o los pies o se retuercen en su asiento
  • Abandonan su asiento en situaciones en las que se espera que permanezcan sentados
  • Se mueven demasiado o se sienten inquietos en situaciones en las que dicho comportamiento es inapropiado
  • Les cuesta participar en actividades de tiempo libre en silencio
  • "No paran" o actúan como "impulsados por un motor"
  • Hablan demasiado
  • Se apresuran a responder con brusquedad antes de que se haya acabado de formularles una pregunta
  • Les cuesta esperar su turno
  • Interrumpen a los demás o se entrometen en sus asuntos

Quienes padecen el tipo combinado, el tipo más común de TDAH, tienen una combinación de síntomas de inatención e hiperactividad/impulsividad.

Características de los adultos con TDAH

Los adultos que padecen la afección, y especialmente aquellos que no han sido diagnosticados ni tratados, pueden estar experimentando una serie de problemas, algunos de los cuales se derivan directamente del trastorno y otros son el resultado de patrones de ajuste asociados.

Los síntomas actuales de un adulto con TDAH pueden incluir:

  • Distracción
  • Desorganización
  • Olvido
  • Dejar las cosas para más tarde
  • Siempre llegar tarde
  • Siempre sentirse aburrido
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Baja autoestima
  • Cambios de humor
  • Problemas de empleo
  • Inquietud
  • Abuso de sustancias o adicciones
  • Problemas de pareja

Los síntomas del TDAH pueden ser variables y situacionales, o constantes. Algunas personas con TDAH pueden concentrarse si están interesadas o emocionadas, mientras que otras tienen dificultad para concentrarse en cualquier circunstancia. Algunas buscan ávidamente la estimulación, mientras que otras la evitan. Algunas se vuelven desafiantes, maleducadas y luego antisociales; otras pueden volverse supercomplacientes con la gente. Algunas son extrovertidas y otras retraídas.

Los niños con TDAH tienen dificultad para sentarse quietos y prestar atención en clase. Incluso los que tienen una inteligencia normal o por encima de lo normal pueden fracasar en la escuela. Sus comportamientos interrumpen las clases y provocan el rechazo de otros niños. A medida que crecen, los niños con TDAH no tratado son más propensos al abuso de drogas, comportamiento antisocial y lesiones de todo tipo. Más de la mitad de los niños diagnosticados con TDAH continúan teniendo síntomas durante la adolescencia y la edad adulta. Un diagnóstico adecuado de TDAH (ver sus síntomas y dificultades a través de la perspectiva de un trastorno neurobiológico) puede ayudar a un adulto a mejor entender sus dificultades.

+ Diagnóstico

Tanto en el caso de adultos como en el de niños, para el diagnóstico de TDAH se requiere una prueba integral y no se puede hacer con una sola prueba. Las evaluaciones diagnósticas de adultos deben ser realizadas por médicos o equipos de médicos con experiencia en el área de disfunción atencional y afecciones relacionadas. La evaluación está diseñada para sacar a la luz patrones de comportamiento de por vida que indican problemas subyacentes de atención e impulsividad. Las fuentes de información para una evaluación pueden incluir un examen físico, antecedentes médicos y familiares completos, entrevistas con personas muy familiarizadas con el comportamiento de la persona, observación personal y distintas pruebas psicológicas.

Al diagnosticar a los niños, un médico o profesional de salud mental autorizado recabará información sobre el funcionamiento académico, social y emocional del niño. Él o ella también deberá descartar factores físicos que podrían estar causando síntomas similares al TDAH.

+ Tratamiento

Un aspecto clave del tratamiento del TDAH es la combinación de varios métodos de tratamiento, que abarcan aspectos médicos, educativos, conductuales y psicológicos. El tratamiento adecuado se determina de acuerdo con la gravedad del trastorno de la persona y el tipo y la cantidad de problemas asociados.

Utilizados junto con la educación y la consejería, los medicamentos pueden proporcionar una base a partir de la cual los adultos pueden construir nuevos objetivos. El propósito del medicamento es ayudar al adulto a ayudarse a sí mismo proporcionándole el apoyo biológico necesario para que se controle. Como tal, el individuo no está “controlado” por el medicamento; los esfuerzos para tener éxito son suyos. Cuando se trata el TDAH, los médicos suelen comenzar con medicamentos estimulantes. Los medicamentos no estimulantes que se utilizan incluyen antidepresivos y atamoxetina, el primer medicamento no estimulante aprobado específicamente por la FDA para el TDAH.

La educación y consejería se enfocan en la comprensión del TDAH, la psicoterapia y la terapia conductual, y el apoyo práctico: entrenamiento en habilidades organizativas, así como apoyo vocacional/educativo. La terapia conductual y la terapia cognitiva a menudo son útiles para modificar ciertos comportamientos y lidiar con los efectos emocionales del TDAH. Muchos adultos también se benefician de trabajar con un entrenador de TDAH para ayudarlos a manejar los comportamientos problemáticos y desarrollar capacidades para enfrentar situaciones, como mejorar las habilidades organizativas y la productividad.

Adaptaciones en el aula para ayudar a los estudiantes con TDAH

Las adaptaciones en el aula se pueden discutir con el maestro de tu hijo después de que a tu hijo se le haya diagnosticado TDAH. En la escuela pública, un diagnóstico de TDAH también puede calificar a tu hijo para un plan 504 que forma parte de la ley federal que protege los derechos de las personas con discapacidades. Cada escuela debe tener una política 504 por escrito. Solicita una reunión del plan 504 por escrito a la escuela y luego sigue la política, que podría requerir que aportes cierta documentación para garantizar que tu hijo reciba las adaptaciones adecuadas para ayudarlo a tener éxito académico.

Para el aprendizaje en el aula:

  • Asegúrense de que el estudiante se siente cerca del maestro y alejado de puertas y ventanas
  • Aumenten la separación entre los pupitres o escritorios
  • Asegúrense de que el maestro se pare cerca del estudiante cuando esté enseñando

Para la organización:

  • Usen el cuaderno de tareas
  • Proporcionen un juego extra de libros para tener en casa
  • Materiales codificados por colores para cada asignatura
  • Proporcionen un horario escrito para la rutina diaria

Para el trabajo en clase y la realización de exámenes:

  • Faciliten hojas de trabajo con menos preguntas y problemas
  • Den tiempo adicional y un espacio más tranquilo para hacer exámenes
  • Dividan las tareas largas en subtareas más pequeñas

Para el aprendizaje en clase:

  • Den instrucciones en voz alta y por escrito
  • Den el esquema de la lección al estudiante
  • Creen una "señal" para llamar la atención del estudiante, por ejemplo, poniendo una nota adhesiva en su escritorio o dando un toquecito en el hombro al estudiante.

+ Afecciones concurrentes

Varios de los síntomas del TDAH pueden ser similares a los de otras afecciones y pueden coexistir con el TDAH. Estos incluyen ansiedad, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo y algunas discapacidades de aprendizaje específicas. Al realizar una evaluación completa, un médico o un profesional de salud mental familiarizado con el TDAH y otros trastornos psiquiátricos podrá diagnosticar tanto el TDAH como las afecciones relacionadas.


Fuentes:

Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales
Mental Health America
Centro Nacional de Recursos sobre TDAH (un programa de CHADD)

Enlaces útiles:

Niños y Adultos con Trastornos de Déficit de Atención (CHADD)

Asociación de Trastorno de Déficit de Atención (ADDA)